Algunas pautas para crear libros electrónicos accesibles
Cuando creamos o editamos libros electrónicos hay multitud de detalles a los que debemos prestar atención, aunque no todos tienen que ver con el diseño. Es importante estructurar los contenidos o preocuparse por la disposición de las imágenes, pero también hay que pensar en las normas de accesibilidad que permitirán la reproducción de los contenidos de forma correcta y sin errores.
Lo que buscamos con esto es permitir el acceso para todo tipo de dispositivos, intentando que nuestro archivo sea lo más compatible posible. Para conseguirlo sólo hay que prestar atención a una serie de pautas muy sencillas, cuya implementación no es costosa, y que redundarán en beneficio de lectores y editores (puesto que muchas de ellas permitirán en el futuro la inclusión o modificación de elementos sin tener que rehacer el archivo por entero). Veamos algunas de ellas:
- Utilizar correctamente los encabezados para crear una estructura coherente. Esto es muy útil no sólo porque facilite la revisión del contenido, sino porque permite una navegación más amigable para lectores con alguna discapacidad.
- Elegir tipografías adecuadas para la lectura. Además, hay que emplear con cierta coherencia estilos, tamaños y colores, ya que debemos tener en cuenta las distintas posibilidades de visualización en los diferentes dispositivos, y las dificultades de lectura que pueden suponer.
- Crear una tabla de contenidos exhaustiva. Para ello debemos hacer uso de los encabezados, como hemos visto, y organizarlos siguiendo una estructura lógica.
- Incluir metadatos. Esta es una parte muy importante, tanto para la accesibilidad propiamente dicha como para la catalogación del libro: si introducimos los metadatos de forma correcta y somos exhaustivos en la cantidad de ellos, el ebook podrá ser fácilmente encontrado con posterioridad en cualquier archivo digital.
- Incluir texto alternativo en los elementos gráficos y/o no textuales, de manera que se facilite una descripción de los mismos para lectores con discapacidad o dispositivos que no los interpreten correctamente.
- Proporcionar contenido adecuado para los elementos multimedia. En caso de que no se puedan incrustar esos elementos, hay que insertar enlaces para su reproducción.
- Estructurar el contenido con la semántica apropiada. Dado que los formatos más habituales de ebook están basados en HTML, es necesario asignar formato mediante etiquetas a todos los elementos del libro (tablas, imágenes, listas, etc.). La llegada de HTML5 con las nuevas especificaciones de EPUB3 (o el KF8 de Amazon) permite, además, estructurar aún más el contenido con algunas nuevas etiquetas, como
aside
,section
onav
, que añaden un nivel semántico a la estructura interna del archivo. - Usar, si es posible, las herramientas Text-to-Speech (TTS) para convertir el texto en audio. Algunos dispositivos permiten la reproducción del texto mediante sintetizadores de voz; para facilitar esa característica podemos optimizar nuestros archivos (especialmente, como decíamos antes, haciéndolos correctos desde el punto de vista semántico).
Y, aparte de todo esto, lo principal es probar nuestros archivos una vez que los tengamos terminados: testarlos todo lo posible para cerciorarnos de que su visualización es correcta y que no surgen problemas en ningún dipositivo. Lo ideal es hacer pruebas con un par de e-readers, un smartphone, un tablet y un lector web, ya que así podremos comprobar la idoneidad del contenido en diferentes soportes.